Además, alrededor de un colgante tuvimos una historia de fatalidades en cadena y es que esa pieza era un laberinto emocional con demasiada carga para adornar a nadie. Me gustaría mirar por un agujerito y ver dónde está, si lo encontró Fulanita o vaga por alguna ciudad. Es una pieza que nos perteneció a las dos, una joya inteligente que se grabó en mis dedos, en su memoria y que permanece digitalmente suspendida en la nube. Y es que por algo está lejos. O donde sea.
Con Eider me suelo volcar y experimentar mucho. Ella me demanda piezas muy comprometidas, para mujeres importantes, esta vez su hermana. Me pone en aprietos, porque en estos casos hay que darlo todo.
Queríamos un ágata. Bien, café, cigarro, cómo es tu hermana... Todo me sirve.
Fotos de ágatas que van y vienen, pero es fácil, ya ví la que quiero para nosotras tres. Ya la tengo, ya es mía/nuestra, ahora de Arrate.
Me gusta la piedra porque tiene un origen, un punto de fuga desde donde todo estalla como las rosas al calor y disemina, desde la transparencia al rosa punk, las partículas de cristal despedidas. Es para mirarla y entrar en una vía láctea y fresa. Como un tripi, vamos.
Prefiero no hablar del proceso esta vez. Porque me dejó muy trastocada, sobre todo su última hora, antes de concluir con el colgante definitivamente. Suceso desastre, a recular. Mi propio temple me sorprende, creo que sólo lo tengo trabajando el metal, porque sé que lo podré conseguir más pronto o más tarde, y que nunca es en vano.
Las piezas que hago para Eider siempre son distintas al resto, van a su bola, les importa poco o nada el qué dirán, tienen esa excelencia del desperfecto y la belleza radica en su propia expresión.
Le pregunté sí quería escribir sobre el metal alguna palabra o frase y obtuve respuesta inmediata, Germinal Love. Siempre envidio la audacia de alto nivel con el lenguaje. Yo soy tan mala para la síntesis....
Lo siento Eider, ayer yo no era consciente de lo que había hecho, a veces necesito digerir estos trances entre herramientas y el ágata y la textura y el ágata en mi mano, el ágata sobre el escritorio, ajusta el metal al ágata, encájala, vuelve a dejar el ágata sigue trabajando encájala de nuevo, achucha de aquí, suelda por allá.... Encájala de nuevo, fuera la piedra, es lo último, pero a cada paso la vuelvo a encajar.
También es el germen de este colgante, el principio de todo.
Arrate, muy dedicado a tí.
*Germinal Love*
With Love






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