Lo +

miércoles, 6 de mayo de 2015

Me Puedo Copiar a Mí Misma, pero Seré Distinta


Cositas de la vida. 
La calcedonia azul nos salió viajera. Por Australia debe andar. Y mira, estaba olvidada en cajones de madera forrados de terciopelo en su interior, a nadie le apetece ser olvidada en un lugar tan fúnebre. Para mí que saboreó la libertad y ni dios, ni patria, ni rey; yo no me caso con nadie.




Con esa calcedonia yo hice un anillo para Viva la Vida. Así, como muy minúsculo, es el de la foto de abajo... Muy sencillito.
Por la tienda de la calle Narrika pasó una pareja y él se lo regaló a ella. Resulta que lo convirtieron en anillo de pedida y todos juntos rumbo a Australia, donde se extravió. Esa calcedonia va a dar muchas vueltas, sospecho.




Entonces ella, aferrada a las joyas que son memorias, muy acertadamente se pone en contacto con Viva la Vida que a su vez me contacta et....voilá!
Podemos repetir ese anillo.
Pero ya no será el mismo, cuando lo hice, tenía menos experiencia, no me acuerdo cuál era mi humor, ni qué emociones sentía. No conocía esta historia, porque de saberlo hubiera sido también otro anillo distinto.





No hay comentarios:

Publicar un comentario