Trinity Ring Condenado
Yo sé que no suena bien, pero es la situación de este anillo.
Mi función es liberar y embellecer.
Estos arreglos son caramelos, porque para mí coger la segueta y ponerme a serrar me parece de lo más relajante.
Sé que es un anillaco de oro amarillo, blanco y rojo.
Para ser exacta e ilustraros, se trata de tres anillos boules de distintas aleaciones soldados.
Está claro que el tema es demasiado rígido.
El solo hecho de separarlos y hacerlos independientes cambia el aspecto del mismo anillo, que ya no se establece en los dedos entablillado, ahora cada aro se acomoda en otro a su antojo.
El de oro blanco lo he pulido en acabado espejo, me veo mi carita de tortuga.
El de oro amarillo lo he sometido a sufrir en lija de gramaje gordo y por fín el de oro rojo ha sido el más castigado con el martillo de bola, pero a mí me ha gustado vencerlo a la fuerza.
Porque el metal, responde a mis acciones, es previsible, visualizado.
Y en la vida, cuando yo pongo mi pasión y empeño, todo es imprevisible y no hay fórmula ni estrategia y las personas a pesar de estar constituidas por materia responden al libre albedrío y no necesariamente es proporcional a tu ilusión.
A mí que me apliquen amor y caricia. Soy como el metal, acabo venciéndome.


No hay comentarios:
Publicar un comentario