Las joyas son recuerdos, bonitas memorias de los sucesos, de las personas o del azar. Las joyas son personales y transferibles, movidas por la emoción y un sentimiento romántico, algo loco del afecto hecho materia.
Me gusta fabricar los encargos para las personas que conozco, les intento poner su misma cara, satisfacer sus deseos y fantasía. Para Amets un anillo con el nombre de su hija, Maren. Ella me diseña las letras y yo pongo los medios y la visión. Para variar empecé insegura, como siempre que hago algo distinto. Pero también he aprendido a fallar y empezar de nuevo y aunque en este caso el proceso ha sido lento, ahora sé que con dedicación y cariño una puede conseguir piezas singulares, con gracia y estilo, que entusiasmen por su encanto y significado.
Cómo no voy a hacer con mimo un anillo con un nombre tan bonito de nena, como es Maren, que tiene a todos locos a pesar de su muy corta edad, todavía es un bebé. Y ya cautiva con sus vivos ojos azules.
Estoy más que complacida de poder participar de algo tan bonito como el deseo de una madre de llevar el nombre de su hija pegado a la piel. Me moría de ganas de ver la cara que ponía Amets cuando viera su anillo terminado. Ha sido un gusto notar cómo se miraba el dedo embelesada contemplándolo. Los anillos son una joya tan presente, los tocas, los ves de continuo, juegas con ellos... cuando no los llevas, los echas en falta.
Además ella tiene muy buen gusto y se lo sabe poner muy bien junto al anillo de zafiros, que sospecho serán inseparables a partir de hoy. Deberíais echar un vistazo al blog de Amets, aquí debajo teneis el enlace, a mí me maravillan sus ilustraciones y sus muñecos de trapo, hace precioso.
Me ha gustado mucho el anillo de Amets! Tienes un mail?
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