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viernes, 5 de abril de 2013

Golden Nights


Si quieres atraer la suerte ponte oro.

En todos los joyeros del mundo existe algo dorado. Yo tengo suerte, porque tengo oro. El oro heredado, las cadenas que me regaló mi madre y las cosas que yo le añado. Hoy he sido caprichosa y me he hecho cositas para mí mientras trabajaba con mis encargos.



Mis estilismos de a diarios o nocturnos.

Tengo una pepita de plata pura con una Y Griega (me da igual cómo la denominen ahora los académicos), no la sellé, no la soldé, así que va danzando de colgante en colgante castigada por el alicate plano de punta. Es tan bonita... que cada día la cuelgo de un sitio diferente y me la pongo. Tonight de la mítica cadena de oro gruesa, que me regaló mi madre y a la que luego puse dos aros mateados y ahora es un collar multidisciplinar, porque nunca se sabe que penderá de él.

La piedra no sé lo que és, pero es una piedra y con eso me es suficiente. La encontré en Berlín atravesada de un hilo de algodón piojoso. Así que en cuanto llegué a casa le puse esa cadenita de oro tan delicada, regalo de la ama también, que es tan buena y guapísima, y le gustan mucho estas cositas como a mí.

Me queda el hilo del camafeo, o no sé cómo se denomina a estos colgantes que tienen cristal de aumento enmarcado en metal y se abren como un libro y la gente pone fotos. Yo lo abro y voy cambiando la galería. Lo encontré en el mercado de brocante de Ahetze, estaba tirado por el suelo como si no valiese nada. Yo lo recogí y en casa limpié el cristal con acetona, porque estaba opaco y mate y resurgió un vidrio de aumento. Así que ensalza todo lo que metas dentro y yo voy cambiando, siempre piedras, ahora lleva una esmeralda natural facetada en elipse y unas 16 esferas de 2 mm, enanas, de labradorita, que me trajo Iker de Madrid. Son preciosas con esas iridiscencias azules a la luz natural. Además estimulan mi creatividad. 




Ahí está la pulsera de Mari y el tequila.

Aunque para estimulante el tequila. 

Hoy tenía que celebrar algo. Una pulsera. La pulsera que me regaló mi tía favorita del mundo, que también me ha regalado a mis dos primos super favoritos. No me acordaba de ella, la tenía guardada mi madre. La voy a destrozar, porque no voy a dejar de usarla, es ligera y brillante, y era de Mari, está cargada de vida y ahora la llevo yo, por ella. 


*Las joyas son sentimientos*


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